Las crisis ya no son extraordinarias

Las crisis y las nuevas generaciones

Si algo ha marcado a la humanidad ha sido la es la alternancia entre épocas de bonanza y de crisis, por eso se dice y está comprobado que la economía es de carácter circular, como fueron la crisis bursátil del 29 o la crisis del petróleo del 79. Sin embargo, parece ser que a lo largo de los últimos años las crisis en entornos económicos, sociales y sanitarios se han vuelto más frecuentes. Esto se debe principalmente, a que ciertos factores emergentes como son la tecnológica y la creación de mercados globales interconectados, el deterioro del medioambiente y la creciente complejidad de los mercados económicos; tienen una mayor relevancia.

Una vez conocido esto, es obvio que debemos aprender a gestionar y vivir en épocas de crisis como es la actual. Algunas de las habilidades que debemos aprender y educar son las siguientes:

  • Toma de decisiones rápida. El hecho de que el entorno sea tan cambiante hace que debamos tomar acciones de forma rápida y con recursos incompletos.
  • La comunicación. Es vital para que poder compartir conocimientos y establecer una estrategia común.
  • La compasión y la empatía deben ayudarnos a combatir el estrés y tomar decisiones con varios puntos de vista.
  • Saber recuperarse y volver a crecer es fundamental, para que podamos pivotar la parte que no funciona y adaptarlo a los nuevos medios.

Una vez tengamos claro que estas habilidades son necesarias para trabajar en ámbitos de crisis debemos definir un plan que nos ayude a salir de ella y convertir lo que puede ser una amenaza en una fortaleza. Para ello es fundamental conocer que cualquier acción cuenta y que todas ellas pueden ser escalables, es decir, una decisión rápida puede tener un impacto brutal. Por eso el ciclo básico a realizar es el de diagnostica problema, analizar inputs, trabajar con distintos equipos para implantar una solución y monitorizar los resultados.

A lo largo de los últimos años se ha hecho evidente la necesidad de aplicar modelos flexibles y desarrollar productos y servicios basados completamente en las necesidades y la retroalimentación del cliente, por eso algunas metodologías como el “Design Thinking” o el “Lean Start Up” están teniendo tanto éxito. Debemos ser capaces de extrapolar estos métodos a la vida personal e invertir recursos en aquello que nos repercute en forma de beneficio.

La comunicación y las nuevas oportunidades

La crisis no son problemas momentáneos, sino que más bien situaciones de dificultad que pueden llegar a durar muchos años y por eso tienen tanta importancia la necesidad de crear un plan y un flujo de comunicación dinámico. Solo de esta forma podremos conocer los puntos de conflicto, así como los diferentes puntos de vista que nos permitirán complementar nuestra estrategia; para ello, es fundamental que los equipos estén formados por gente de disciplinas distintas y diferentes en personalidad, para que se aborden todas las perspectivas.

Finalmente, todo ello es necesario para que una vez hayamos predefinido la estrategia, seamos capaces de reconocer las oportunidades, destinar recursos a ello y ser capaces de pivotar la estrategia según el mercado nos lo indique. Sin embargo, debemos ser conscientes que el hecho de gestionar crisis es muy complicado y que dependiendo de la coyuntura económica y social, nos coja sin los recursos suficientes para afrontarla.

Bibliografía

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